Mucho antes de que Stephen King poblara Nueva Inglaterra con payasos asesinos y vampiros, estaba Shirley Jackson. Si leyeron el post de la semana pasada, recordarán que dije que Mariana Enríquez  tiene ecos de esta autora gringa que ha sido injustamente relegada durante años. A pesar de que autores de la talla de Neil Gaiman y Stephen King (sí, el mismísimo) la han reconocido como una de sus influencias. ¿Por qué ha sido tan ignorada? Voy a echarle la culpa al patriarcado y a que el terror no se considera “literario”.

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Mi primer encuentro con Shirley fue en la universidad, en el curso de una de mis profesoras favoritas. Fue amor a primera lectura (de “La lotería”). Después, en otro curso, tuve que leer “The Summer People”, que también es fantástico. Y claro, yo me preguntaba dónde había estado Shirley Jackson toda mi vida, porque cómo era posible que nunca antes me hubiera topado con ella. Unos años después logré convencer a mi club de lectura (sí, tengo un club de lectura) de leer Siempre hemos vivido en el castillo, y a casi todos les gustó.shirleyjacksonweb

Lamentablemente, la mayor parte de su obra no ha sido traducida al castellano. En 2008, Editorial Valdemar publicó La mansión de Hill House, que es el único que he logrado encontrar en Chile (hay también una edición Debolsillo). Una búsqueda por BuscaLibre me mostró que hay ediciones en español de Siempre hemos vivido en el castillo y de Cuentos escogidos (ambos de Editorial Minúscula). También sé que Fiordo editó El reloj de sol, que todavía no he leído (pero se trata de una familia que cree que el mundo se va a acabar, así que suena a que me va a gustar). En todo caso, lo más famoso de Shirley es su cuento “La lotería”, que pueden encontrar aquí en español. De nada. A lo mejor el próximo año tenemos más suerte y conseguimos que traigan Siempre hemos vivido en el castillo porque acaba una película con Sebastian Stan y LA NECESITO YA.

En fin, ahora vamos a hablar de La mansión de Hill House porque a) es el único que logré ubicar en Chile (y con mucho esfuerzo) y b) hace dos días salió una serie en Netflix que acabo de binge-watch porque no tengo sentido del autocontrol  y al parecer tampoco necesito dormir esta semana. #IRegretNothing

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Aviso estándar: hay algunos spoilers del libro La mansión de Hill House. Si viste la serie, advierto desde ya que las tramas de la serie y el libro son radicalmente diferentes, así que HAY SPOILERS.

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Shirley Jackson tiene una obsesión por las casas. Según una de sus biografías (Shirley Jackson: A Rather Haunted Life, de Rosalind Franklin. Excelente y muy completa), Shirley sentía una relación ambivalente con su casa. Franklin cuenta que en varios momentos de crisis emocionales, Jackson optó por refugiarse en su casa, lo que probablemente creó asociaciones de peligro/angustia con el espacio doméstico que normalmente le hubiera parecido un refugio. Pero no estamos aquí para psicoanalizar a Shirley. Lo cierto es que las casas en su ficción parecen ser un personaje más, con un carácter y un espíritu propio. Hill House es probablemente la más notoria (quizás porque Merricat está tan perturbada en Siempre hemos vivido en el castillo, que la personalidad de la casa pasa a segundo plano). La novela  abre con un párrafo que crea el tono de la novela:

“No live organism can continue for long to exist sanely under conditions of absolute reality; even larks and katydids are supposed, by some, to dream. Hill House, not sane, stood by itself against its hills, holding darkness within; it had stood so for eighty years and might stand for eighty more. Within, walls continued upright, bricks met neatly, floors were firm, and doors were sensibly shut; silence lay steadily against the wood and stone of Hill House, and whatever walked there, walked alone.” (Jackson 1)

Inmediatamente sabemos que la casa es un organismo vivo y que no está “cuerda”, lo que sea que eso signifique para una casa. A lo largo del libro hay otras partes en las que tanto la narración como los personajes ser refieren a la casa como “malvada”. A mí esto me parece muy interesante, porque creo que usar las casas como espacio de terror básicamente es atacar nuestra sensación de seguridad: en teoría, tu casa es el lugar en que estás seguro (por eso los robos o invasiones son tan traumatizantes). Que el peligro venga del mismo espacio que nos debería proteger del exterior perturba nuestra percepción de la seguridad y nos habla de una violación a nuestro espacio más íntimo. Por supuesto, esto lo hemos visto en incontables películas de terror, pero Shirley fue una de las primeras en hacerlo así que hay que darle crédito.

En el caso de Hill House tenemos diversas explicaciones sobre el origen de su “maldad”. Al principio se sugiere que la casa simplemente nació malvada. Otros personajes lo asocian a las tragedias familiares que empañaron a la primera

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Sí, estoy segura de aquí no puede pasar nada malo.

familia que vivió ahí, los Crain (sí, es el apellido de la familia protagonista de la serie, pero no hay mucha relación aparte de alcance de nombres y algunos eventos que pasan en ambas familias). Tras la muerte de sus primeras dos mujeres, Hugh, el patriarca, decide irse a Europa con la tercera, cerrar la casa y enviar a sus dos hijas a vivir con una prima. Después  de su muerte, ambas hijas se pasaron años peleando por el derecho a la casa y una de ellas muere misteriosamente. Si bien la novela no entra en detalles, se deja entrever que la casa ha cobrado un buen número de víctimas a lo largo de los años (la serie lo muestra mejor). El punto es que la casa es malvada y quiere sangre.

Nuestra protagonista es Eleanor Vance, que tiene treinta y dos años, pero actúa como una chica de veintipocos. Principalmente porque ha llevado una vida muy aislada, cuidando a su madre inválida y bajo las órdenes de su hermana mayor (sí, las relaciones entre hermanas son un tema recurrente en Shirley Jackson). Cuando empieza la novela, su madre acaba de morir y Eleanor se encuentra tratando de encontrar su lugar en el mundo: si antes se definía por su relación con su madre, ahora  esa parte de su identidad no tiene sentido. En esos momentos recibe una invitación de un tal Doctor Montague, que la invita a pasar el verano en una casa embrujada, teniendo en cuenta que Eleanor puede haber estado involucrada en un caso de poltergeists cuando niña. Por supuesto, siente que algo la llama y decide ir.

Una vez en Hill House, por supuesto, shit happens. Ruidos misteriosos, golpes en las paredes, risas y llantos de niños, manos que aparecen en la oscuridad, alguien destroza la ropa de Theo (otra de las invitadas, posible telépata, ícono lésbico), y más. Hill House insiste en llamar a Eleanor e invitarla. A diferencia de los demás, ella es la única que no tiene un lugar al que ir al final del experimento y la casa lo sabe. Así que parece decidir que Eleanor es el rival más débil y redobla sus esfuerzos por manipularla. Les dije que las casas en Shirley Jackson parecen ser un personaje más. En este caso, la villana.

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Nah, nada ominoso por aquí.

Por supuesto, estamos hablando de Shirley Jackson, así que parte del terror de Hill House es que no sabemos si de verdad está embrujada, o la mente de Eleanor  está sugestionada para imaginar lo sobrenatural. Aunque vemos reacciones de los distintos personajes frente a situaciones aparentemente paranormales, la novela está principalmente focalizada en Eleanor, por lo que tenemos un conocimiento limitado de lo que pasa más allá de su mente. Pero esa es la gran gracia de Shirley Jackson, jugar con las ambigüedades y crear distintos niveles para el terror. Es lo que hace que La mansión de Hill House sea una de las mejores historias de casas embrujadas de la historia de la literatura (junto con Otra vuelta de tuerca, de Henry James). Porque no sólo muestra la parte creepy muy bien, hace lo mismo con la mente desintegrada y cada vez más errática de Eleanor, al punto de que pierde toda perspectiva.

Shirley Jackson habría cumplido 100 años el 2016, y en los últimos años hemos tenido todo un renacimiento de interés en su obra. Como ya dije, se estrenó Siempre hemos vivido en el castillo en el festival de cine de Los Ángeles (porfiplis que llegue aquí) y hay una película basada en su vida con Elizabeth Moss en proceso (está basada en una novela en la que Shirley es una de los protagonistas, no en su vida propiamente tal, pero I’LL TAKE IT). Esperemos que esto la haga popular de nuevo y más personas puedan disfrutar de su obra.

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Recomendación: si te gusta el horror psicológico y la buena prosa, Shirley Jackson es para ti. Después de La mansión de Hill House, puedes pasar a sus cuentos y amarla forever and ever.

P.D.: Penguin, si están buscando una traductora para hacer las obras completas de Shirley Jackson, pueden llamarme. Les hago hasta las introducciones si es necesario.

P.D. 2: A lo mejor esta semana cae también por aquí una reseña de la serie de Netflix, que me gustó muchísimo.

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