¿No tienen esos libros o autores que siempre han estado dando vueltas por sus casas? Incluso antes de saber quiénes eran o qué escribieron. Una de mis tías vivió en Nueva York a fines de los 90 y creo que ahí descubrió a Amy Tan (quizás antes, pero no estoy segura) y estoy casi segura de que ella se los recomendó a mi mamá, que leyó varios a lo largo de los años. Y de ellas, pasaron a mí, aunque de una forma un poco rarita.

Normalmente prefiero leer los libros antes de ver la película, pero con esta hice una excepción. Había leído otros libros de Amy Tan que estaban en mi casa. The Joy Luck Club no lo teníamos, pero mi mamá compró el DVD de la película cuando yo tenía catorce o quince años y decidí verla un día.

Creo que lo más revolucionario de The Joy Luck Club es precisamente que se trata de una historia cien por ciento femenina: los hombres están todos en roles secundarios y el foco principal de la película son las relaciones entre madres e hijas. Y esto muy segura de que eso fue lo que más me interesó de la historia: la complejidad de estas relaciones. En esa época tenía una relación complicada con mi mamá (como todas las adolescentes del mundo) y ver que era algo universal, creo que me ayudó a entenderla mejor. O a entendernos a nosotras. Por supuesto, mi situación no tiene el componente de choque cultural que hay en The Joy Luck Club, pero creo que lo importante que hace es mostrar que los conflictos intergeneracionales son parte de la vida.

Años después leí el libro y resonó mucho conmigo. A esas alturas, había leído casi todos los libros de Amy Tan (ahora mismo me faltan Los cien sentidos secretos y El valle del asombro) y veía los temas que se repetían una y otra vez en sus libros. No voy a mentir, todos los libros se me hacen un poco muy parecidos.

Pero The Joy Luck Club es un poco distinto, porque Amy Tan se las jugó un poco más con la estructura. Los ochos personajes centrales son cuatro madres con sus respectivas hijas: Suyuan y June; An-mei  y Rose; Lindo y Waverly; Ying-ying y Lena. De la única de la que no escuchamos directamente es de Suyuan, que está muerta al principio de la historia. June es la única que aparece en las cuatro secciones del libro, actuando como una especie de hilo conductor de la novela. Las primeras historias son sobre la infancia de la primera generación: las tres (cuatro) vienen de contextos diferentes en la sociedad china, con historias muy distintas entre sí. An-Mei es la hija de una mujer desgraciada que vuelve a casa para cuidar a su madre enferma, Lindo es casada contra su voluntad y Ying-Ying es una niña rica que quiere divertirse. De esas historias pasamos a las hijas, que cuentan sus conflictos de infancia/adolescencia con sus madres y cómo eso las ha afectado a lo largo de todas sus vidas. La tercera sección también muestra a las hijas lidiando con sus vidas y sus familias, especialmente en relación con sus madres. La última sección regresa a las madres, con cada una narrando momentos de desesperación absoluta y angustia, pero con esperanza para un futuro mejor.

Todas las madres esperan un futuro mejor para sus hijas, lo que se traduce en que todas las hijas expresan en algún momento la idea de ser una decepción para sus madres. Una idea que más de una vez me ha pasado a mí, y seguramente a muchas otras.

Las relaciones con nuestras madres son difíciles.

En la película también hay una estructura de distintas historias, pero la conexión es más fluida. La historia de las madres se entrelazando con las de sus hijas y están presentadas en un orden más “cerrado”, se podría decir. Las historias se cierran a sí mismas y se conectan mediante la fiesta en la que están todos los personajes al principio de la película.

Las historias de las madres en China son brutales y muy duras emocionalmente hablando. Y como dije, ellas quieren un futuro mejor para sus hijas. Y si bien las hijas no viven el abuso y el dolor de sus madres, también tienen dificultades  y problemas que las afectan profundamente. Lo interesante es que en ningún momento de la narrativa, ni en la película ni el libro, vemos a alguien diciendo que su dolor es menos importante que el de sus madres o menos doloroso. Los corazones rotos, el fracaso y la soledad son experiencias dolorosas, incluso cuando tienes una vida relativamente cómoda.

Creo que, como Un monstruo viene a verme, la adaptación de El club de la buena estrella es muy correcta y logra los mismos puntos emocionales que el libro. No obstante, también creo que a ratos se queda en la superficialidad. Tampoco me gustan demasiado los narradores, que es algo que viene del libro y no estoy segura de que se traslade muy bien a la pantalla. Pero en general, no me gustan los narradores en películas a menos que sean casos muy puntuales o que se justifiquen por el género. Aquí hay mucho voiceover que cae un poco en contar más que mostrar y eso nunca ha sido algo que me guste mucho. Para mí, ése es el punto más débil de la historia.

Si tuviera que decidir, creo que el libro es mejor que la película. Principalmente porque hay más introspección y desarrollo de los personajes. De todas maneras, creo que se trasladó bastante bien a la pantalla y se nota el esfuerzo por llevar estas historias al cine. El núcleo emocional y narrativo de las distintas mujeres tratando de entenderse a pesar de las barreras y sus diferencias personales. Pocas veces he visto una exploración tan honesta y generosa de la relación madre e hija, con ambos lados siendo representados con justicia. Las hijas tienen reclamos reales en contra de sus madres y las madres también tienen sus quejas. Pero lo más importante es que el amor que las une es más fuerte que cualquier diferencia que tengan al final. Y eso me parece que es uno de los puntos más fuertes de ambas versiones.

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