Tuve una inspiración hace unos días y decidí hacer un pequeño cambio. Las reseñas habituales de los martes se mantendrán, pero las de los jueves tendrán un pequeño giro: voy a reseñar libros que hayan sido adaptados al cine Y la película, para ver cómo funcionan las adaptaciones.

El primer combo libro/película en este novedoso concepto es Girl, Interrupted (1993) de Susanna Kaysen, que llevó a la película con el mismo título dirigida por James Mangold (2000) y protagonizada por Winona Ryder y Angelina Jolie. La película ganó varios premios y me parece recordar que Angelina Jolie ganó un Oscar por su interpretación de Lisa.

AVISO: Tanto el libro como la película tratan acerca de la salud mental y hay elementos muy fuertes en ambas obras. Así que leer con cuidado.

El libro, en este caso, no es ficción. Susanna Kaysen cuenta su experiencia como interna en el hospital psiquiátrico McLean, que al parecer era bastante popular en los 60. Entre los internos famosos se cuentan Sylvia Plath (quien ficcionalizó su experiencia en The Bell Jar), Anne Sexton, Ray Charles y tres de los Taylor (Kate, James y Livingston). Susanna Kaysen aparentemente reprimió gran parte de su experiencia y los recuerdos empezaron a brotar cuando estaba escribiendo su novela Far Afield. Con la ayuda de un abogado, logró conseguir su archivo del hospital, 350 páginas para los dos años que pasó ahí.

Y VAYA DOS AÑOS.

La intersección entre género y locura es un tema que me APASIONA. Básicamente porque hasta hace no tanto, las mujeres eran rutinariamente catalogadas de locas y encerradas en manicomios u otras instituciones. Sí, suena a algo muy victoriano pero de nuevo, este libro está ambientado en 1967. Mis papás estaban vivos en 1967 (eran chicos, pero bueno ya). Mis abuelas eran mujeres adultas en 1967.

Mi punto: 1967 no fue hace tanto.

Además, la forma en la que es internada es muy perturbadora. Después de una entrevista de menos de media hora con un doctor al que veía por primera vez, Susanna es subida a un taxi y enviada a McLean, donde ella misma firma su ingreso. Al tener 18 años, no podía hacerlo su guardián. A pesar de que aparentemente lo hace voluntariamente, su internación se ve fruto de la presión del psiquiatra, que REPITO, sólo la vio UNA VEZ.

Lo que sigue es una memoria en la que Kaysen cuenta anécdotas acerca de su tiempo encerrada y reflexiona sobre el rol de los hospitales mentales, la locura y cómo la sociedad elige lidiar con los individuos difíciles, especialmente con las mujeres. Es episódica, va y viene en el tiempo y a ratos divaga sobre distintos temas. Es una presentación de la salud mental muy interesante y profunda, especialmente por la forma en que la sociedad elige tratar a los enfermos mentales y cómo esas visiones cambiaron a lo largo de los años.

¿Cómo se traslada esto a la pantalla?

Primero voy a decir que mi criterio para considerar una adaptación como «buena» es que el mensaje central del texto original se mantenga, si bien cada versión tiene sus méritos y lenguaje propio. Si el mensaje se mantiene de un medio a otro, significa que el lenguaje respectivo sirve para comunicar el mismo mensaje o al menos algo que no sea radicalmente opuesto.

Es un poema de Dorothy Parker: «Resume»

Los méritos cinematográficos de la película son innegables, especialmente por las actuaciones de Winona Ryder y Angelina Jolie, que son fantásticas. Especialmente, la segunda, que hace de Lisa un personaje magnético e intrigante.

Y también ahí es dónde está mi problema con la película.

Al ser Lisa un personaje atractivo y magnético, la cosa se queda en la superficie del problema. Sí, es psicópata y muy interesante, pero nunca nos enteramos de dónde viene. La loca sigue siendo la «otra» glamorizada al ser interpretada por una actriz guapa y carismática. En la memoria de Kaysen, Lisa es un personaje triste, cuya familia básicamente la abandona en el hospital y se desentiende de ella. Y aunque en la película vemos un poquito de eso, casi al final, nunca nos cuestionamos qué rol tiene el rechazo de su familia en su salud mental y cómo mejorar esto. Lisa termina la película amarrada a la cama, después de actuar a lo largo de la historia como el Id de Susanna, expresando sus deseos más íntimos y autodestructivos (podría hacer un análisis freudiano de la película, pero creo que nadie quiere leer eso). Pero la imagen final de la película es Susanna dejándolo todo atrás y dejándonos con la idea de que su estadía en el hospital fue una interrupción en una vida «normal», que sigue su curso después de la experiencia.

Susanna Kaysen misma no es muy fan de la película. Cuando salió, criticó fuertemente la dramatización que se había hecho de ciertos eventos, especialmente la forma en la que se muestra el suicidio de Daisy. En la realidad, la Daisy que Kaysen conoció en el hospital fue dada de alta a pesar de que sus síntomas de depresión y ansiedad no habían desaparecido. Esto, sumado al posible abuso de su padre (algo que la memoria no confirma, pero la película da por hecho), termina en su suicidio. En la película, el punto de quiebre para la pobrecita es que Lisa va a su casa y básicamente le revela que todos conocen sus peores miedos, lo que la lleva a suicidarse en una de las escenas más impactantes de la película.

Honestamente, creo que Susanna Kaysen tiene un punto aquí. Su libro es una reflexión muy interesante sobre cómo la sociedad lidia con las personas con enfermedades mentales. La película, por otro lado, muestra a las «locas» como las únicas personas libres en una sociedad de gente reprimida y amargada. Las enfermedades mentales son presentadas como una opción que los personajes toman para lidiar con un mundo que espera algo de ellas. La única que parece no haber tenido alternativa es Daisy, que es consistentemente mostrada como débil y patética, mientras Lisa y Susanna son «fuertes» y toman decisiones.

Girl, Interrupted intenta ser una película feminista y que desafía los estereotipos de la salud mental, pero sigue mostrando a las mujeres en el hospital como objetos hipersexualizados, especialmente con Lisa. Sí, Angelina Jolie es guapísima y nada de lo que haga nunca la va a hacer ver fea. Pero la película constantemente está llamando la atención a su cuerpo, a sus labios, a sus ojos delicadamente maquillados. Es parte de su atractivo desde el minuto uno. Aquí contrasta mucho con la Susanna de Ryder, que a pesar de ser definida como «promiscua» y ser mostrada en varias ocasiones participando en actos sexuales, no está sexualizada por la cámara.

Sólo al final vemos que la actitud confiada de Lisa, a pesar de sus enfermedades, es sólo una máscara que ella usa para esconder su dolor ante el rechazo de la sociedad. Pero en el resto de la película, la cámara parece tan fascinada por ella como Susanna y el resto de nosotros.

La película abre con esta línea, dicha por Susanna:

“Maybe I was just crazy. Maybe it was the 60s. Or maybe I was just a girl… interrupted.”

Creo que resumen la idea de la película: las enfermedades mentales son un problema puntual con el que hay que lidiar y seguir con nuestras vidas. Son una pausa. Lo curioso es que el título del libro viene de un cuadro de Vermeer («La lección de música interrumpida», que en inglés se llama «Girl Interrupted at Her Music») que Susanna va a ver al Frick. Su descripción se centra en la luz en el cuadro, en comparación con otros del mismo artista. Mientras que los cuadros de Vermeer suelen tener una luz que ilumina y los hace bellos, la niña en la lección está envuelta en otro tipo de luz, más real y honesta.

Como alguien que se ha pasado más de la mitad de su vida luchando contra la depresión y la ansiedad, la idea de que mi problema es algo que se soluciona con un par de años de terapia y que las personas que sufrimos de enfermedades mentales somos seres débiles que no tomamos las decisiones correctas. Y este mensaje en la película se ve reforzado por las constantes referencias a El mago de Oz que aparecen a lo largo de toda la película, culminando cuando Susanna recibe las noticias de su alta. En la televisión aparece Glinda diciéndole a Dorothy que ella siempre tuvo la posibilidad de volver a casa (porque en esta película el concepto de sutileza es completamente desconocido).

Esto contrasta con lo que Kaysen dice en su memoria, casi al final, cuando discute su diagnóstico de Trastorno Límite de Personalidad:

“I got better and Daisy didn’t and I can’t explain why. Maybe I was just flirting with madness the way I flirted with my teachers and my classmates. I wasn’t convinced I was crazy, though I feared I was. Some people say that having any conscious opinion on the matter is a mark of sanity, but I’m not sure that’s true. I still think about it. I’ll always have to think about it.” (Kaysen 158-159)

Mientras que la película se queda firmemente en el terreno de Susanna no está loca, la misma Kaysen parece estar en un espacio más gris. En las líneas que siguen cuenta que constantemente se pregunta si está loca o si lo que hace es normal. Su estancia en McLean (Claymoore en la película) no es una interrupción en su vida, no fue una pausa  tras lo cual siguió con su vida. Es  tentador reducir las enfermedades mentales y sus tratamientos a tomar la decisión de estar bien. Y hay un aspecto de eso, ciertamente. Pero mucho más importante es lo que la sociedad optar por hacer por estas personas. El asilo es un espacio marginalizado, pero películas como esta lo muestran como un espacio casi romántico donde encarcelamos a las almas libres que no quieren seguir con las reglas de la sociedad.

Cuando tu coming of age cierra con limpieza, a pesar de que en la vida real se trata de un problema que tarda muchísimos años en solucionarse (cuando se soluciona).

En resumen, creo que el libro de Susanna Kaysen tiene una visión más completa y elaborada del tema que trata, mientras que la película abusa del shock value y del melodrama, mostrando a los personajes como caricaturas, lo que no termina de comunicar las complejidades de la situación. Y si bien, a ratos, muestra ciertos matices, al final prefiere romantizar la imagen de los enfermos mentales y su posición en la sociedad. Al final, eso va muy en contra de lo que propone Kaysen en su memoria, así que como adaptación, no funciona demasiado bien.

Quizás me habría gustado más sin haber leído el libro, aunque mostrar las enfermedades mentales como una decisión que uno toma ante la vida me sigue pareciendo problemático.

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