Parece que el universo está intentando compensar a mi yo de quince años por todos los años sin perspectivas femeninas de los clásicos. Este es otro libro que de adolescente me hubiera encantado y ¡ahora salió en castellano, gente! Así que prepárense porque se viene un post de fangirleo total. La que avisa no es traidora.

Circe es la segunda novela de Madeline Miller, que también escribió La canción de Aquiles, libro que me hizo llorar amargas lágrimas por mi OTP de la vida: Patroclo y Aquiles. (OTP = One True Pairing, en caso de que no hablen nerd). Le tenía muchas ganas porque el libro anterior me gustó muchísimo, y además, era sobre Circe. Altas expectativas, que creo que en general cumplió. La primera vez lo leí en un viaje en avión y me lo devoré antes de llegar a mi destino. Ahora lo releí con más calma, prestándole atención a los detallitos y la forma en que Miller va construyendo la historia de un personaje del que no sabemos demasiado y que claramente es más interesante que Odiseo mismo.

Como dije en el post sobre The Silence of the Girls, siempre me ha gustado mucho la mitología y la literatura clásica (#nerd, pueden culpar a Disney y su Hércules, que nos dio la lección más importante de nuestras vidas y no le hicimos caso). Pero siempre me ha frustrado ver que los personajes femeninos estaban al margen. Y en el caso de La Odisea, es todavía peor porque NO TOLERO A ODISEO.

Sí, lo dije y qué. Me cae mal. Y antes de que nadie diga nada, les recuerdo que tiró a una guagua por la muralla de Troya porque podía crecer para vengarse de los griegos por asesinar a su padre, Héctor. Sí, sé que son cosas de la guerra. No, no voy a perdonar a Odiseo.

Sin embargo, en la Odisea hay dos personajes que me gustan muchísimo: Penélope, la mujer de Odiseo (y la verdadera heroína en todo esto) y Circe, la bruja de Aeaea (en este libro aparece como Aiaia, pero en las tres traducciones inglesas que tengo de la Odisea aparece como Aeaea).

 

Sobre Penélope hay un fantástico libro de Margaret Atwood, The  Penelopiad, que recomiendo al 1000% porque es genial. En castellano está como  Penélope y las doce criadas y lo editó Salamandra. Es medio difícil de encontrar, pero vale mucho la pena por el humor y empatía que sale en todas sus páginas. Penélope, que suele ser mostrada como la esposa sumisa de Odiseo, claramente es más inteligente de lo que demuestra y maneja a sus pretendientes y a su marido como marionetas.

Pero ahora vamos a hablar de Circe, que es mi forever favorita porque es bruja y convierte a los hombres en chanchos. #goals. En esta novela (Alianza, 2019), ella es la narradora, lo que es bacán porque en La Odisea sólo la conocemos por las palabras del mismo héroe, mientras que aquí ella toma el control de su historia, que empieza miles de años antes de que Odiseo naciera.

El juego que hace Miller es muy interesante, porque al principio Circe es un personaje que no tiene ningún poder sobre sí misma. A pesar de ser la hija mayor de un titán (Helios) y una ninfa (Perse), ella no tiene muchos poderes. Y si bien sus hermanos demuestran cierto poder, ella no. Es sólo cuando se enamora de Glauco, un pescador, que Circe muestra sus capacidades y logra convertirlo en un dios.

Eso y convertir a Scylla, una ninfa, en Scylla, el monstruo terrible del que hemos leído.

Es por ese crimen que ella termina en la isla que conocemos en la Odisea, desterrada y encerrada. Pero además de eso, la vemos desarrollar sus habilidades y relacionarse con otros personajes de la mitología, quienes van y vienen mientras ella está confinada a la isla.

Una de las preguntas que Miller busca responder en esta novela tiene que ver con el poder. El viaje de Circe (que irónicamente, no es tanto un viaje como pasarse milenios en el mismo lugar, con sólo un par de escapadas) tiene que ver con su relación con el poder. Desde la ninfa impotente de los primeros capítulos, hasta la bruja hay un largo trecho, en el que Circe descubre y redescubre sus poderes y su propia fortaleza en un mundo en el que ser una diosa no te hace invulnerable al patriarcado. Muchas veces la bruja sufre a manos de hombres que parecen temerle tanto como despreciarla, incluyendo a su propia familia. Y el poder o la falta de éste están al centro de este conflicto.

A lo largo de la historia, Circe aparece experimentando con distintos tipos de poder o relacionándose con él como sujeto y objeto en distintos momentos. Desde dioses hasta genios como Dédalo, Circe explora el poder como algo ajeno a ella, mientras va desarrollando un poder propio que nadie puede quitarle.

Todos sabemos cuál era el truco favorito de Circe: convertir a hombres en cerdos, que en muchas versiones es algo que hace básicamente porque puede. A pesar de que en La Odisea nunca se explica el por qué, esta novela tiene una escena en la que Circe vive en carne propia lo que le pasa a las mujeres mortales que no tienen quién las proteja. Convertir hombres en chanchos no es una movida de crueldad, como en otras versiones. Es una medida de autoprotección, porque es la única defensa que ella logra conjurar.

De nuevo, el juego de las perspectivas de Miller es fascinante. Si uno conoce bien la Odisea, se puede dar cuenta en que hay ligeras discrepancias en cómo cuentan las historias Odiseo y Circe. Más notablemente su primer encuentro, en que ella le propone llevar sus desavenencias a la cama.

En la versión de Emily Wilson (Norton, 2018), Odiseo básicamente dice que Circe se le tiró encima, mientras que Circe en la versión de Madeline Miller lo muestra más bien como una negociación. También hay una visión menos “heroica” del guerrero griego, que muestra los estragos que deja la guerra, con Odiseo mostrando heridas físicas y psicológicas de los años en Troya, que en la Odisea son convenientemente dejados de lado cuando habla de sus aventuras. La violencia como forma de ejercer el poder es cuestionada a lo largo de todo el libro, incluyendo la violencia que ejerce Circe como mecanismo de defensa en un universo que se resiste a una mujer que busca el poder.

Y aunque Odiseo es The Worst ™, también es él quien logra bajar las defensas de nuestra heroína y ponerla en el camino de la felicidad. Pero por supuesto que ella logra la felicidad y la plenitud por sus propios medios y no por un tipo (y menos por Odiseo, guácala). No pongo el final porque es mucho spoiler, pero me dejo con el corazoncito contento, especialmente la segunda vez que lo leí. Es el final que Circe necesitaba, porque es el principio de una historia completamente diferente, una historia en la que ella no está en desventaja desde un principio.

Podría estar mil horas hablando de todo lo que Miller muestra en este libro. Ella es una clasicista, por lo que su conocimiento de la mitología es impecable y la forma en que va tejiendo la historia de la bruja entre los demás mitos es muy sutil. Circe es más conocida por su aparición en La Odisea, pero también es tía de Ariadne y Medea, dos de las heroínas que siempre me han parecido fascinantes en la mitología griega. Y supongo que técnicamente también es tía del Minotauro,  que también aparece. Miller juega con Circe entrando y saliendo de las historias de otros, viviendo su propia historia casi en el margen de las de los demás, lo que es increíble. Narrativamente, la voz de Circe va creciendo en la misma medida que sus poderes, poniéndose cada vez más en el centro de la historia.

Es un libro fascinante, entretenido y que explora temas que a mí me gustan mucho, además de darle profundidad y contenido a un personaje que es más bien plano en la Odisea. Madeline Miller tiene imaginación y la capacidad para expresar emociones con palabras muy bien elegidas. El lenguaje de Circe es evocador, como si ella misma estuviera contándote su historia, lo que tiene el eco de las épicas antiguas, que estaban pensada como parte de la tradición oral. Si bien Circe tiene momentos muy modernos, en ella dialogan tanto el pasado como el presente para darnos una heroína más allá del tiempo y del espacio, y una oportunidad para ver otro lado de la historia.

¿Lo recomiendo?

SÍ.

¿Es necesario conocer la Odisea para disfrutarlo?

Diría que no. La narración no asume que sabes quién es quién y te introducen al mundo de los héroes y los dioses. Sí, conocer la Odisea sirve para captar los guiños más sutiles, pero no es vital para entender la trama ni la historia de Circe.


¿Qué estoy leyendo ahora mismo ?

Empecé hoy My Sister, the Serial Killer, el último libro que me faltaba de la shortlist del Women’s Prize for Literature. Llevo poco más de la mitad porque no lo he podido soltar (de hecho, tuve que obligarme a parar de leer para terminar esta reseña). Y sospecho que alguien no va a estar mentalmente presente mañana, porque quiero puro terminarlo.

Se trata de dos hermanas en Nigeria, una enfermera y la otra, como dice el título, asesina en serie. Es una relación muy enferma y perturbadora y creo que tengo un problema porque estoy muy metida.

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